Fe de errantes

Como un hombre en agonía
o un soldado en la trinchera
el miedo a lo desconocido
me hace desempolvar la cruz
y volver al cobijo antíguo

Giro el pecho a lo alto
sabiéndo a todos tan abajo

Veo el rumbo establecido
y la ausencia de revoluciones

Creo que hay más valentía 
en besar lo divino cerrando
los ojos y lanzando un latigazo
violento a los caballos 
que dirigen la carreta al abismo

Al menos, no se cae de lleno
en la vil cobardía individual
que implica pedir a gritos
bajarse de lo único propio
y común que tenemos.

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